El Inter ha confirmado oficialmente el fichaje del delantero francés Ange-Yoan Bonny. Nacido en Aubervilliers en 2003, Bonny se formó en las canteras del Tours y el Châteauroux antes de trasladarse a Italia muy joven, con solo 17 años. En el verano de 2021, el Parma lo adquirió por 700 mil euros, una suma considerable para un jugador destinado inicialmente al equipo Primavera, pero que rápidamente dio el salto al primer equipo en la Serie B en octubre de ese mismo año.
Bonny defendió la camiseta del Parma durante cuatro temporadas: tres en la Serie B y la última en la Serie A. Si bien sus cifras goleadoras no son espectaculares (15 tantos en 117 partidos), en las últimas dos campañas se convirtió en una pieza clave. Su potencia física, habilidad para manejar el balón y una técnica destacada para sus 189 centímetros lo convirtieron en un jugador insustituible para el equipo. Estas cualidades convencieron al Inter a invertir 23 millones de euros más variables para llevarlo a Milán.
Cristian Chivu, quien lo entrenó en sus últimos meses en Parma, fue su principal valedor. El técnico rumano lo utilizó principalmente como segundo delantero en su esquema 3-5-2 o 3-4-2-1, apoyando al punta, ya que Bonny es un atacante con gran movilidad que prefiere desmarcarse, retroceder para participar en el juego, o abrirse a la izquierda para crear espacios para el delantero centro y los centrocampistas.
Por su estructura física y características, parece la alternativa ideal a Marcus Thuram, un jugador que no tuvo un sustituto natural la temporada pasada. Sin embargo, también podría jugar junto al francés; su versatilidad para interpretar ambos roles en un ataque de dos es probablemente la característica más importante que llevó al Inter a realizar una inversión tan significativa por un jugador que aún necesita mejorar su definición en el área. Algo fundamental para un delantero.
Bonny llega a Milán consciente de que él y Francesco Pio Esposito serán las primeras opciones para rotar con los dos delanteros titulares. Su llegada implicará la salida definitiva de Sebastiano Esposito, mientras que Mehdi Taremi, si no recibe ofertas, se mantendrá en la plantilla como quinto delantero.
La estrategia del Inter es que Bonny se desarrolle a la sombra de Thuram para, eventualmente, convertirse en titular en una o dos temporadas. Una perspectiva prometedora para un jugador que hace apenas un año, en estas mismas fechas, ni siquiera había disputado un minuto en la máxima categoría del fútbol italiano.
