Han transcurrido cinco años desde que la epidemia de Covid-19 nos obligó a quedarnos en casa durante varios meses, con todas las restricciones que esto conllevó. La Serie A también se vio afectada, aunque nunca se detuvo por completo, se jugó en estadios vacíos y surrealistas con estrictos protocolos sanitarios. Hoy se cumplen cinco años del último partido antes del confinamiento y La Gazzetta dello Sport entrevistó a Francesco Caputo, quien se hizo famoso por mostrar, tras marcar un gol, un cartel a la cámara que decía “Todo saldrá bien, quédense en casa”.
“¿La idea del cartel? Estaba en el autobús camino al estadio y chateaba con mi esposa Anna Maria por WhatsApp – cuenta Caputo -. Ella me dijo: “Si marcas, manda un mensaje bonito”. Me sorprendió, no sabía qué hacer. Al llegar al estadio, tomé una de las hojas que De Zerbi usaba para sus indicaciones tácticas y me encerré en el baño, lejos de las miradas de todos. Escribí ese mensaje y se lo entregué al team manager Max Fusani, a quien le pedí que no lo leyera y que lo guardara para dármelo en caso de que marcara. Él fue muy respetuoso y lo escondió en su chaqueta. Cuando marqué el primer gol, corrí hacia él y… el resto ya se sabe. Esa imagen dio la vuelta al mundo, me hizo famoso fuera de Italia, pero obviamente habría preferido que no hubiera sucedido”.
¿Qué se sentía al jugar sin aficionados?
“Mucha tristeza. El público es importante y además tenías la sensación de que la emergencia no había terminado realmente. A veces los partidos parecían amistosos porque se oía claramente en el campo todo lo que nos decíamos. El silencio en las gradas es feo”.
¿Cómo ha cambiado el fútbol después del Covid?
“Poco o nada, en realidad. El único signo visible son los cinco cambios que se suponía que eran temporales y que, en cambio, se han mantenido. Creo que se nota alguna diferencia a nivel sanitario: hay más controles, dinámicas diferentes”.
¿Qué mensaje enviaría hoy?
“Disfrutemos de la vida. Nos quejamos de muchas cosas, pero son pocas las que realmente importan. Hace dos años mi hija estuvo ingresada tres meses por una infección: estuvo en grave peligro. Mira, cuando sucede algo malo nos damos cuenta de lo que es importante. Deberíamos conseguirlo siempre”.