La primera mitad del partido entre Torino e Inter finalizó con un marcador de 1-0 a favor de los `nerazzurri`. El único gol hasta el momento fue anotado por Nicola Zalewski, quien consiguió así su primer tanto con la camiseta del Inter. Su preciso disparo llegó en un momento del encuentro en que el césped del estadio Olímpico Grande Torino aún no se había empapado demasiado.
Poco después del gol, comenzó un fuerte aguacero que dificultó enormemente el control del balón y sus rebotes. Esta situación obligó al árbitro a detener el partido por segunda vez, tras una interrupción inicial provocada por la caída de dos aficionados del Torino. Afortunadamente, el estado de salud de los seguidores no parecía preocupante, aunque tres personas debajo de ellos sufrieron contusiones leves.
El partido tuvo un inicio accidentado. El árbitro La Penna detuvo el juego tras apenas un minuto debido a la caída de los dos aficionados desde la tribuna `Maratona`. El juego se reanudó tras los primeros auxilios, y los seguidores afectados no sufrieron consecuencias graves. La defensa del Torino, sin embargo, no estuvo tan atenta. En el minuto 14, dejaron a Zalewski espacio suficiente para controlar con el tacón, centrarse y ejecutar un disparo combado imparable para Milinkovic. El Inter se puso en ventaja, mientras los aficionados locales confirmaban que sus compañeros estaban bien y entonaban los habituales cánticos contra Urbano Cairo.
A pesar del gol en contra, el Torino demostró estar metido en el partido. Tras conseguir la ventaja, el Inter intentó gestionar el resultado, pero el `Toro` respondió, construyendo juego de derecha a izquierda y encontrando a menudo libre a Biraghi. Precisamente de un centro de Biraghi llegó una clara ocasión para Lazaro en el minuto 24, quien, a pocos metros de la portería defendida por Martinez, no logró rematar entre los tres palos. En la jugada siguiente, Correa creó espacio para Bisseck, que cedió a Darmian. El disparo-centro del exjugador del Torino fue interceptado por Masina, quien estuvo a punto de marcar en propia puerta pero acabó despejando a córner. La lluvia, que no cesaba, afectaba claramente la técnica de los jugadores en el campo.
Las jugadas a balón parado representaron una amenaza para la defensa del Inter. Tras un córner lanzado por Biraghi, Masina tuvo espacio para rematar de cabeza, pero lo hizo de manera imprecisa. El campo, cada vez más anegado, parecía una piscina, provocando resbalones constantes. No fue el caso de Zalewski, quien al final del primer tiempo construyó una jugada para Carlos Augusto con un pase filtrado que pudo ser el segundo gol; sin embargo, el pase atrás del brasileño no encontró rematador. El Torino contraatacó con Elmas, forzando una tarjeta amarilla para Bisseck. Los propios jugadores en el campo comenzaron a quejarse al árbitro La Penna, quien finalmente decidió suspender el partido por un minuto, solo para reiniciarlo con el objetivo de llegar al descanso. Aun hubo tiempo para una clamorosa oportunidad para el Torino: un centro desde la izquierda que Che Adams remató de cabeza anticipándose a Bastoni, pero se encontró con una magnífica parada de Josep Martinez.
